14 nov 2012

El comienzo del Monopoly – o ¿Qué era realmente la “Gran Depresión” (1873 – 1914)? (II)


Como ya se había mencionado anteriormente, había tres crisis y por consiguiente tres causas: el campo agrario; el estancamiento industrial y las quiebras financieras. 
El campo agrario rápidamente se recupero (principalmente por las buenas cosechas); y por la segunda revolución industrial encontró la industria productiva un nuevo mercado. Sin embargo lo más visible y lo cada vez más influyente era el sector financiero. 


El ejemplo Hamburgo (1855 – 1857) 

Desde 1855 había un autentico Boom de optimismo y esperanza en las capitales comerciales como Hamburgo, Londres y Nueva York. Se tenía nuevos proyectos a gran escala como las empresas de ferrocarriles. hamburg
Para eso se necesitaba cuantioso capital que se conseguía con la creación de compañías, una metodología empleada desde la época de Elizabeth I de Inglaterra
Tras constituirse en las bolsas, las compañías, con vistas de aumentar la fluidez, comenzaron negociar con Cambios (o las letras de cambio), otra costumbre empleada desde la edad moderna. Los cambios son una forma negociar con deudas: en un documento escribe uno su deuda con la paga prevista. Dicho documento se puede usar como una especie de billete para negociar con otras empresas. Esos cambios se empleaban como una especie de billete. De esa forma 1855 en Hamburgo había un total negocio con cambios de 165 millones de Banco marcos; 1857 ya eran 273 millones. 
Cambio de la Ohio Life Insurance and Trust Company

Los ferrocarriles, la guerra de Crimea, la guerra civil norteamericana y la esperanza de la llegada de numerosos inmigrantes a los Estados Unidos que reforzarían la industria estadounidense eran factores muy tentativos para incontables personas. Meter su dinero en compañías que tendrán un éxito considerable era una posibilidad difícil de rechazar. Había una gran especulación; así se invirtió en la bolsa de Hamburgo en la Ohio Life Insurance and Trust Company un valor similar a todo lo que se había invertido en acciones de trenes. 

Durante todo el último tercio los Estados Unidos ofrecían todo lo que una compañía exitosa necesitaba para invertir su dinero. Los USA ofrecían un mercado interior estable, una demografía creciente, hierro, carbón, petróleo y oro suficiente, una agricultura eficaz y estable y una industria cada vez mas potente: era el Gilded Age (Mark Twain). El campo de la producción americana era el pilar de la esperanza. 
Caricatura sobre el Crash de la Ohio Lifes & Trust Company.

Esa fiebre de especulaciones termino en menos de un año: 1857. En Julio de 1857 comenzó a dominar una percepción negativa y se comenzó a vender las acciones en las bolsas norteamericanas. Por consiguiente en Agosto 1857 la Ohio Life, uno de los bancos más grandes, se encontraba en la bancarrota. 
Bolsa de Hamburgo
Después de dos semanas llegaron las noticias a Europa: Glasgow, Liverpool y Londres. En Noviembre llegó a Hamburgo la noticia de que el algodón ha perdido 1/3 de su valor mientras que al mismo tiempo reclamaban empresas de Londres su dinero. El sistema del Cambio, tan eficaz, resulto ahora destructivo. El senado de la ciudad Hamburgo se negó a prestar dinero; al final llego dinero metálico desde Viena, donde la crisis había tendió escaso efectos. A pesar de que las grandes empresas accionistas se podían salvar, más de 200 pequeñas se arruinaron (FISCHER, Hendrik, „Beben in der Hansestadt“, en GeoEpoche – Die Industrielle Revolution, Numero 30, Hamburg, 2008, pag. 86, 87). 

Factor liberal y factor psicológico

Primero había el momento liberal, reformador. En los años 50 el uso de los Cambios tanto en Francia como Inglaterra liberalizó. Había una mayor fluidez en la bolsa y podía fundar fácilmente empresas. En Prusia se creyó 1861 la ADHGB, un código de leyes que dejo manos libres a los accionistas: en futuro cada uno se debía cuidarse a si mismo. En Alemania eso culmino 1870 con la ley 1. Aktienrechtsnovelle: solo se tenia que pagar el 25 % del valor real de una acción, de esa forma el accionista particular perdía responsabilidad. También en España hubo con posterioridad de la gloriosa revolución liberal de 1868 un movimiento liberalista: La revolución permitió al ministro Figuerola y a un significado grupo de la escuela economista transformar en criterios de actuación política los principios del liberalismo económico (COSTAS, Anton, „El librecambio, la industrialización y sus desencantos: argumentos a favor del proteccionismo en la segunda mitad del siglo XIX“, en Industrialización en España: Entusiasmos, Desencantos y Rechazos, edit. Editorial Civitas S.A., Madrid, 1997, Pág. 215). 
Desde los años 60 del siglo XIX gobernó la mentalidad del mercado librecambista en toda Europa y los Estados Unidos, lo que animo las especulaciones. Como Francia tenia que pagar con posteridad a su derrota 1871 unos cinco millones de francs como reparación a Alemania, se tenía en el segundo Reich un optimismo más amplio y más especulativo. Así se crearon 1871 unas 207 nuevas sociedades de accionistas; 1872, eran 429 y 1873 otras 242. Muchísimas sociedades nuevas, como ocurrió en cada país occidental sin excepción. 

La fase especulativa solía reiniciarse habitualmente después de una crisis; se olvidaba los errores cometidos y se esperaba que jamás se iba a repetir – una manía propiamente humana a de ignorar la historia. 
Y eso que la historia intentaba varias veces recordar al humano su egoísmo ignorante. 1869 habían intentado dos especulantes norteamericanos, conocidos como James Fisk y Jay Gould, a controlar el precio de oro en los USA, fracasaron y el estado tenía que intervenir con oro estatal con el fin de evitar una grave crisis. 
La cronología de la primera crisis era característica para esas relaciones financieras: primero se arruinaron unos bancos franco – ungarios de Budapest, tenían poca relevancia. Esas bancarrotas provocaron la dificultad de unos bancos austríacos. Sus acciones bajaron y por el pánico se arruinaron. Poco después llego ese efecto a los bancos de Berlín, Paris y Madrid. Al mismo tiempo sufrió la bancarrota el banco Jay Cooke & Company de los USA. Esa oleada psicología del pánico de las bolas arruino a varias empresas pequeñas y personas particulares. 

Escena cuando la gente corre hacia el banco para salvar su dinero.
Igualmente la segunda crisis (1882 – 1886) tenía causas financieras: desde 1882 se había ido vendiendo cada vez más acciones; sin embargo era un progreso lento. En pocos años eso cambió: 1884 de golpe se inicio el pánico de ferrocarriles que provocó la bancarrota del banco Marine National Bank y escasos días después se quebraron la Second National Bank y la Metropolitan Bank – lo que afecto a su vez a las bolsas europeas. 
Gracias a la segunda revolución industrial y la desconexión entre las bolsas nacionales del mercado internacional financiero ninguna de esas crisis alcanzó la gravedad ni de la crisis del 1929 ni del inicio del siglo XXI. 
 La tercera depresión comenzó con un pánico de las acciones de textiles en Inglaterra 1890; y seguían con el derrumbo de la Philadelphia and Reading Railroad de los Estados Unidos – lo que llevó a la quiebra unas 15.000 empresas norteamericanas. 

Una minúscula crisis se tenia 1907 cuando la sociedad Union Pacific Railroad perdía su valor y con ella también el tercer banco mas grande de Estados Unidos, la Knickerbocker Trust Company

No obstante todas esas crisis de la bolsa eran cada vez menos intensas. Las empresas habían ido monopolizando los mercados después de las primeras crisis. De esa manera podían controlar mejor los precios y dominar al mercado, reduciendo la importancia de los accionistas especulativos – hasta que en los años 20 del siglo XIX perdieron nuevamente su control.

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