6 feb 2013

El comienzo del Monopoly – o ¿Qué era realmente la “Gran Depresión” (1873 – 1914)? (V)


En esa parte se quiere señalar brevemente las consecuencias más bien ideológicas que tenían las crisis; las mentalidades de los diferentes grupos sociales. Cada grupo social y cultural intentaba buscar explicaciones diferentes para y reacciono de manera diferente ante las crisis. Se podría hablar, de manera muy simplificada, de cuatro reacciones: la neoclásica, la marxista, la nacionalista y la antisemitita. 

3.1) Teoría neoclásica – la elite económica 

Desde el siglo XVIII hasta al primera mitad del siglo XIX había dominado entre la clase media y alta la teoría de la economía nacional de Adam Smith: la libre competencia en el mercado. En continuación desde los años 20 del siglo XX hasta los años 70 del mismo siglo dominó el pensamiento de la intervención estatal conocido como el Keyenianismo
En el periodo durante la segunda mitad del siglo XIX dominó una tercera teoría, la del Neoclásico. Esa teoría, creada y definida por científicos como el francés Leon Walras (1834 – 1910), el austriaco Carl Menger (1840 – 1921), el austriaco Eugen Böhm von Bawerk (1851 – 1914) y el ingles William Stanley Jevons (1835 - 1882), consideró que el valor de los bienes esta determinado por el deseo y la necesidad (en otras palabras: por la demanda) en vez del coste de la producción. Era una teoría que dejó de enfocarse en la producción; en cambió se interesó más por el sector financiero. 
En la teoría dictaría el mercado (la demanda de los clientes) precios; en tanto que los empresarios solo tendrían que regular la cantidad de los productos. Mientras que la economía nacional de Smith estudió el origen, crecimiento y la repartición de la riqueza en la sociedad, la neoclásica solo se fija el intercambio entre los individuos, la repartición de los productos. 
Según la teoría neoclásica el mercado suele ser estable, con un perfecto equilibrio. Luego es imposible el paro involuntario ni la sobreproducción involuntaria, sino son los actos voluntarios cuales hacen inestables al mercado. Y la mayor inestabilización se produce si el estado interviene o si hay intranquilidad social (como si por ejemplo los sindicatos piden aumentos de salarios). 
Herbert Spencer (1820 -1903)
En efecto, el estado debe ocuparse de los problemas sociales ratifícales, por el contrario se deba dejar en paz al mercado natural. No hay ciclos económicos – sino un crecimiento continuo, que por causas extrañas al sistema puede ser interrumpido. Spencer con su obra Social Statics aclaró que constantemente ganaría el mas fuerte (no fue Darwin quien acuño la frase the survival of the fittest sino Spencer) (SCHRÖDER, 134). 
Esa visión neoclásica dominó y servía como justificación para los empresarios. Tenían una base de legitimación para defenderse contra los obreros de abajo y el estado de arriba, y estaban convencidos que la economía crecería continuamente. Una visión muy optimista que no se vio afectado por las crisis financieras, al contrario: de las crisis salían ganando los fittest

3.2) Teoría marxista – el pueblo popular 


Karl Marx (1818 - 1883)
Si en teoría anterior se prima al mercado, Marx desarrolló su teoría al revés; en vez de ser el mercado la base económico lo es la producción. La teoría de Marx es demasiado complejo para desarrollarla aquí, tampoco seria adecuado crear un resumen sintético y superficial. Lo que mas importaba aquí eran las influencias de las ideas de Marx y de otros pensadores en la clase baja (la obrera) y los intelectuales de la izquierda. 
La situación de la clase baja era pésima durante las crisis: ¼ de los obreros de Berlín estaban 1873 en paro (Die Deutsche Geschichte, 391), y aunque desde 1887 subían los salarios también los precios de los productos básicos como pan o el alquiler. Escasos empresarios, como Krupp, intentaban mantener la lealtad y la capacidad de sus obreros. 
España fue el primero en usar el
emblema de la  primera conferencia.
Esa situación cambió desde 1873 cuando arrancó con fuerza la segunda revolución industrial. Mientras que las empresas accionistas comenzaban con su crecimiento y con la formación de monopolios, los obreros comenzaban organizarse y comunicarse entre si. Es más: comenzaban identificarse con una clase obrera. Como el sueldo real subía mínimamente y las medidas estatales solían ser mínimas, comenzaban los obreros con la creación de diferentes organizaciones obreras. 1864 había la primera conferencia internacional; 1889 la segunda. Una serie de partidos, sindicatos y agrupaciones políticos se formaron durante la Gran depresión: La Trade Union Congress en Inglaterra (1868), la Sozialistische Arbeiterpartei Deutschlands (1875), la American Federation of Labor (1886), la Sozialdemokratische Partei Österreichs (1889), la Sozialdemokratische Partei Deutschlands (1891), el Partido Socialista Italiano (1892), la Independent Labour Party inglesa (1893), la Confederation Generale du Travail francés (1895). Junto a los partidos sociales de la izquierda también hubo movimientos sociales religiosos, como los mineros católicos de Essen (Alemania) o los obreros católicos españoles. 
Las organizaciones socialistas solían basarse en las teorías de Marx (y también de otros teoréticos), ya que eran ellos quienes mantenían y aseguraban la producción. Sin producción, el mercado se quedaría sin su fundamento. Como se observa tanto la teoría marxista como la neoclásica se contradicen profundamente: los empresarios hablan de un mercado omnipresente que regula todo naturalmente reduciendo la importancia de la producción (y de los obreros). Evidentemente ellos deseaban mejorar su situación y opinaban que el mercado más bien dependía no solo de la demanda, sino de la producción y de los obreros quienes se cargaban con el peso. 

3.3) Teoría nacionalista – primera visión del Kleinbürgertum 


Antonio Cánovas del Castillo (1828 - 1897)
La clase media estaba mas nerviosa. Tenia las ideas intranquilas de los obreros socialistas de abajo y la economía clásica de arriba que les excluya del poder ya que excluía al estado. La clase media en el fondo se había formado y había crecido gracias al estado, por lo tanto esperaban seguridad de la misma. Muchas veces confundieron al estado con la nación. En vez de seguir al ideal cosmopolita liberal tenían más gusto por una idea local, nacional. Eso se manifestó en España bien con CanovasEl discurso nacionalista de Canovas venia apoyado (…) en el reconocimiento de la importancia de lo nacional en la economía (COSTAS, 219). 
Así pues era la clase media que reclamaba primero al proteccionismo: eran los que menos podían competir en un mercado internacional (ya que muchos miembros de la clase media eran dueños de pequeños talleres y tiendas familiares quienes evidentemente no podían competir con los gigantes empresas accionistas); y eran los que mas regional pensaban. 
Evidentemente las empresas accionistas al inicio de las crisis se beneficiaban con el proteccionismo: lo que los burgueses olvidaban era que el proteccionismo no solo reducía la competencia exterior para sus propias empresas pequeñas y familiares, también las empresas accionistas grandes de los propios países tenían mayor facilidad de comprarlos y arruinarlos. Una vez finalizado ese procedimiento unas pocas empresas tenían prácticamente el monopolio, y entonces era cuando volvían a luchar contra el proteccionismo (lo que ocurrió a partir de 1918 y de nuevo desde 1945). 
La clase media, en vez de concentrarse en factores económicos como los empresarios o obreros, se identificaban exageradamente con el concepto de una nación. Algo que tanto a los marxistas como empresarios no les interesaba. Krupp por ejemplo vendía sus cañones tanto a los franceses como a los alemanes; con la consecuencia irónica que en la segunda guerra mundial mataban soldados franceses a alemanes con munición alemana. 

3.4) Teoría antisemitita – segunda visión del Kleinbürgertum

El nacionalismo de la clase media tenia como consecuencia el desarrollo de una idea de nosotros en contra de los otros. Y esos otros solían ser otras naciones, contra los que se protegía mediante el proteccionismo o leyes como Made in….
Resulta problemático si en una nación vivían personas que no se identificaba con el concepto artificial de nación, como los Roma y Sinti (por su cultura diferente) o los judíos (por ser una minoría religiosa). A lo largo del siglo XIX se comenzó cientificar al concepto artificial de nación con la idea de las razas, lo que llevó al tal extremo que no solo los otros eran personas con una cultura o religión diferente, sino por si fuera poco eran otra raza que luchaba contra la nuestra. De ese motivo una persona nacido en Alemania con fe judía se convirtió de repente en un miembro de la raza judía. 
La religión judía estaba mal visto por la religión cristiana en el mundo occidental, por si fuera poco los miembros de dicha religión se diferenciaban de los cristianos por los ritos religiosos, un propio lenguaje y sus trajes tradicionales como la Kipá. Como a lo largo de la edad media y moderna muchos negocios estaban prohibidos para personas de fe judía, terminaron concentrándose en el sector financiero y empresarial. 
Emil Rathenau (1838 - 1915)
La consecuencia era que por ejemplo en 1907 el 22,6 % del sector industrial alemana y el 55,2 % del sector comercial alemán estaba ocupado por judíos; y Rathenau, la familia que dominaba y había fundado a la AEG, también tenía la fe judía. 
A pesar de que no llevaban mas gorros amarillos medievales ni aún las estrellas amarillas nacionalsocialistas conocía la población quienes eran uno de ellos y quienes no. 
Durante todo el siglo XIX había una gran tolerancia religiosa, sin importar la religión o cultura que se tuviera. Ahora bien: con las crisis volvía el miedo y la búsqueda de los culpables. En 1879 escribió el reportero alemán Wilhelm Marr su obra Der Sieg des Judentums über das Germanentum (La victoria judía sobre los germanos) y culpó a los Judíos de la crisis de 1873. Además inventó al substantivo Antisemitismo (Christian Sigrist, Neue Rheinische Zeitung 22 agosto 2006). Un año antes había publicado Otto Galgau (1834 – 1892) la obra Der Bankerott der Nationalökonomie, donde acusó a los Judíos, que habían fingido las crisis con el fin de enriquecerse. 


% de empleados y propietarios judíos en alemania, 1877 (GESCHICHTSBUCH, Volumen 3, edit. Cornelsen, Bielefeld, 1988, 155)


En Francia hubo igualmente un fuerte crecimiento antisemitita: Eduard Drumont (1844 – 1817) publicó en 1880 La France juive – y tampoco se debía olvidar la affaire Dreyfus. Ni en España ni en Italia surgió el antisemitismo, simplemente porque durante al edad moderna se había avisado amablemente que no se quería tenerlos en sus países; tanto en Inglaterra como en los USA había abundantes personas de fe judía donde era una cosa puramente privada y irrelevante para la política y economía. 

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